biografía del autor

imagePablo López Carballo

Peluquería


100m.

Odio a las Chicas de pelo corto. No a todas las chicas. No a todas las que tienen el pelo corto, sino a las Chicas de pelo corto.

Cada mes van a la peluquería, les cortan, las despeluzan, pagan y se van contentas. Salen estupendas y los flequillos les encantan, en los espejos, durante varios días. Al poco tiempo el pelo cambia y vuelven. No se dan cuenta de cómo les han dejado la parte posterior de la cabeza: desde la base del cráneo hasta las pequeñas antenas superiores, un triángulo invertido con un adorno rabodelagartija. Parecen alienígenas. Es decir, parecen la representación de un alienígena.

No logran percibirse como los demás, ni tampoco son capaces de reconocerse unas a otras. Si alguna advirtiera la cabeza de otra, enseguida se darían cuenta todas, pero se sienten demasiado especiales como para darse cuenta. Siempre, en todo momento, quieren serlo. Caminando por la calle no miran al resto de sus semejantes, ellas solo se piensan en los cerebros de los demás. Ese chico me mira, me está viendo repetida en su cabeza, no se le irá en todo el día, soy la más guapa que pasa y pasará por aquí.

200m.

Llegan a estos estados de un día para otro. Bueno, no. De un día para otro comienzan el proceso y tienen recaídas en la normalidad pero saben que las han llamado, a ellas solas, para colmarse de felicidad. Primero se vuelven fans, ¿de qué? Da lo mismo. Ellas son fans por naturaleza, no quieren leer, ni hacer música, no se centran en ninguna cosa en particular porque son especiales. Sus vidas están llenas de sacrificios. Sacrifican su ropa, cada vez una versión más evolucionada. Comienzan combinando ropa del grupo Indiflex y en poco tiempo, se creen las reinas del conjunto: qué bien conjuntada voy y por cuatro perras. Soy la mejor vestida de aquí al final del mundo. Pero mira qué paletos son todos, salvo ese chico que se fija en mí.

300m.

Algunas se cortan el pelo más de un lado que del otro o cambian los cordones de sitio. Se saben bien. La mujer bandeja. Transportan el microconocimiento de un lado a otro; un día lo leen en un blog y al día siguiente lo cuentan como suyo. Narran o comentan que ellas han inventado el blog, qué digo el blog, la red, las asociaciones y que se han encargado de establecer todas las posibles diferencias. No quieren ver mundo, solo viajar y contarlo. Contarse en Berlín, en Copenaghe, Chipre o Perú. Nada existía hasta que llegaron ellas, las Chicas de pelo corto, a inventar el mundo.

No hay dos lugares iguales, ellas están siempre en otro. Son las número uno, las fans número uno, nunca llegarás a ningún sitio antes que ellas, siempre han estado allí. El carnaval irrepetible de Ceuta 05, las fiestas multicolor del Zaidín 08, y como no, su pueblo. Su irrepetible vida en un lugar que no existe más allá de sus imaginaciones, todas sus representaciones de pueblos son el mismo pueblo. Ese a donde nadie salvo ellas podrá llegar nunca, salvo que te arrodilles. Arrastran a incautos, a desfalcados, como pobres penitentes de su Apocalipsis. Todo se cierra tras sus pasos. Dadles tres palabras y ellas lo cambiarán por un legustomucho, semoriríapormiahora, hapasadounángel.

400m.
Cuando tú te despiertes ellas seguirán ahí mirándote y pensando que es el día más feliz de tu vida por acostarte con ellas, y te dejarán que les prepares el desayuno. Qué suerte la tuya, tan cerca de un ser así. Rebuznan continuamente. El desayuno con resaca merece toda tu atención, ¿por qué no le regalas un libro? Eso le hará sentirse más in. Ni así se callarán, querrán contarte en una sola tarde las historias de sus familias, a veces triunfadoras, otras maldecidas, nunca estarán en un término medio. Lo singular de sus familias, son únicos. Nadie más se parece a sus familias salvo el resto de familias pero eso nunca lo verán. Son tan especiales ¿Pensabas que te dejaría irte así como así?, ¿sabes hace cuanto que no atrapa a un incauto?

500m.

Creen en la singularidad pero siempre buscan el plural para poder ser especiales. Ellas solas no logran nada, necesitan de otro que mire o escuche. Son sofisticadas en el exterior para que las mires, para que te detengas a mirarlas, en toda la calle no hay nadie que sepa comprar ropa tan bien como ellas, y qué barato. Da lo mismo que te causen una profunda repulsión y que te pares a mirarlas para cerciorarte de que te repugnan. Da lo mismo. Creen que miras sus detalles, sus pins de fans, sus bolsosenserieúnicos, sus ojos y peinados. Mires lo que mires, te repugne o no, ellas ven el deseo en tus ojos. Saben que te gustan, saben que no podrás resistirte mucho más tiempo sin que caigas rendido a sus pies. Pueden pasar meses sin que las vuelvas a mirar y seguirán viendo el deseo en tus gestos. Las Chicas de pelo corto construyen tu vida sin necesidad de ella. Give me the desire, give me the whole love, give me the sense.

600m.

Dos chicas de pelo corto juntas se hacen doblemente especiales por un tiempo, no se miran, no necesitan escucharse. No tienen que fingir que escuchan como frente al resto, dos x dos. Por eso han ideado los bares del pelo corto, el amor del pelo corto y la amistad del pelo corto. Todo corto. La amistad lo estandariza todo y eso es un problema, por eso sustituyen amistades, las reponen, lo necesitan. El nuevo paradigma del beso flácido. Insípidas como la garganta en verano, sabor a flema coagulada, no escupas en la calle, así no podré ser especial, por favor, ordinario apártate que me vean.

700m.

Yo prefiero a las pijas. Son sinceras, si no saben nada no les importa que te enteres. Puedes pasar la tarde sin necesidad de que ocurra nada excepcional. No tienes que fijarte mucho en ellas, se parecen a sus madres, se prestan la ropa y solo comen yogures. Las chicas del pelo corto comen kebaks y cuando llegan a casa lo vomitan, ponen todo perdido y dicen no sé qué de la salsa, que en su familia pasa a veces. Las pijas son la tranquilidad y el verano, las tardes en el sofá sin necesidad de explicar nada. No tienes que hacerles sentirse especiales, se lo puede comprar. Las Chicas del pelo corto compran todo el tiempo. Mantienen un ritmo fijo de compra, así se aseguran un sentimiento positivo que les da estabilidad. También hacen lo mismo con las salidas nocturnas y con los desayunos. Desayunar fuera les excita. Se excitan al comerse una tostada y comenzar a hablar a las nueve de la mañana. En estos desayunos no perciben el fracaso, no nacieron para eso. Al final fracasarán como sus madres, y recordar el proceso les bastará. Ellas no saben lo que es el fracaso, la tostada es un trofeo. Qué bien me lo pasé anoche.

800m.

Las pijas solo se besan entre ellas cuando están borrachas, y saben lo que quieren cuando se despiertan. En cambio las Chicas de pelo corto se besan y se confunden. Se besan y se tocan con miedo. Crean su discurso liberal, somos así como los griegos, pero se visten de romanas, con esos zapatos dando vueltas por el gemelo, y se compran su primer consolador. Dudan, calibran, miden, buscan en Gugel “consolador”; demasiados resultados, demasiada publicidad, tampoco lo necesito se dicen primero, se compran uno cualquiera, después. Lo probarán en casa, luego en los baños de los bares, se lo meterán a todo Dios y se comprarán otro para tener dos.

900m.

Escuchan las canciones en las que se ríen de ellas, comprando zapatos aquí, ahora con tacón, ya sin tacón, ahora esto es lo más in, así también, son como son. Les hacen llorar. Lloran y lo cuenta en sus blogs, en sus fotoblogs, fotologs, en sus faces sin books, lo cuentan todo. Adórenme, arrojen un poco de compasión, yo lo tomo y lo elevo, adórenme por favor.

1000m.

Las pijas comen césped y tienen el pelo largo, al menos, tienen el pelo largo. Les puedes tirar de él. No lo necesitan pero lo tienen, al menos tienen algo en la cabeza. Son como una televisión, cambias de canal y no se quejan, cuatro frases hechas les bastan. Tan solo necesitan un bolso caro, una colonia cara, unos zapatos feos y que digas sus nombres de vez en cuando. Son una inversión, sabes que obtendrás rentabilidad. Las Chicas de pelo corto son un dolor de muelas, siempre en el momento inicial de todo. Se acaban por hacer fans de cualquier cosa. Son fans de sí mismas. Optan continuamente a la mejor fan de sí misma. Que nos ponemos mi ego y yo hoy, se preguntan al levantarse y se tiran horas en la bañera para salir con cuatro pelos y un montón de laca. Dicen no ir a la moda, ellas son, ellas crean, ¡pobres incrédulas!, la moda.

El peluquero es su mejor aliado, les cambia de look poco a poco, apenas lo perciben. Hace que se sientan bien. Les explica su corte ideal, que nunca les hace, a pesar de que ellas siguen creyendo que sí.

Biografía:

PabloPablo López Carballo (Cacabelos-León, 1983), ha publicado el libro de poemas Sobre unas ruinas encontradas (La Garúa, 2010) y los cuadernos Cámara de mano (Jcyl, 2008) y Viandante (Ayto. Sevilla, 2004). Ha recibido el IV Premio Internacional de Poesía La Garúa y el Premio Letras Jóvenes Castilla y León 2008. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y la Università degli studio di Siena, y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. En la actualidad inicia su trabajo doctoral sobre poesía hispanoamericana, además de desempeñar labores de asistente lingüístico en Firenze. Ha colaborado con poemas y reseñas en varias revistas, entre las que destacan Quimera, 7de7, La hamaca de lona o Deriva . Desde el 2007, codirige el espacio de crítica literaria Afterpost: www.afterpost.es