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LAS PIEZASimage PERDIDAS DEL TRANSITAR

Presentación de Desconcierto, de M. Cinta Montagut; Málaga, Miguel Gómez Ediciones, 2010.

 

por Neus Aguado

Aula de Escritores del Ateneu, 27 de abril de 2010

 

El lema que ha escogido M. Cinta Montagut, para encabezar la segunda parte de Desconcierto, pertenece a la poeta argentina Olga Orozco y reza así: “Esa puerta es sentencia de plomo; no es pregunta / si consigues pasar / encontrarás detrás, una tras otra, las puertas que elegiste”. Estas palabras ya indican un transitar órfico por la poesía, un empeño en interpretar los signos y los aconteceres. Una hermenéutica diferente que nos remite a lo que de esencial tiene la poesía de todos los tiempos. Y en ese ir interrogando a las señales se inscribe la poética de Montagut.

Con la aparición de Desconcierto, en una época de tanta miseria, no sólo material, M. Cinta Montagut ha contado una vieja historia aunque sea el resumen de la primera década del siglo XXI, la vieja historia de la perplejidad de cualquier persona receptiva ante el desarrollo imprevisible de eso que llamamos vida. Algo tan intemporal como indefinido pero que nos recuerda una vez más la vulnerabilidad, así el poema XIV de la tercera y última parte, parte que lleva un lema de Ángel González que afirma “Otro tiempo vendrá distinto a este”, palabras que contradicen ligeramente el tono de los poemas que más parecen afirmar, a la manera de Borges, algo similar a tiempos difíciles, como todos:

“Recoger los pedazos dispersos / de los años, / el polvo de los siglos. / En las páginas de los periódicos / cada día / el rostro impenetrable de la muerte / nos sonríe.”

Esta parte del libro pone el énfasis en la aparición del desastre dentro de lo cotidiano, sin renunciar a la esperanza aunque sin satisfacción de ningún género, en este sentido es paradigmático, y es también uno de los más logrados, el poema número IX:

Hay que intentar vivir serenamente:
tomar el autobús en las paradas
y dar los buenos días
también las buenas noches
si se tercia.
Leer en los diarios el horóscopo
y hablar del tiempo cuando subes
con los vecinos en el ascensor.
No apurarse si se hunde la bolsa
ni si se sueña con pájaros o nubes.
Tampoco hay que sufrir
si nadie nos escribe,
ya sabemos que ha muerto la escritura
y se acabaron los sellos de correos.
La ciudad es hermosa
y hay que saber vivir serenamente
aunque oculte el asfalto
mil deseos no dichos
y mil gotas de sangre.

 

Y de esta tercera parte también mencionar el poema I por su ajustada descripción de la irrupción de lo ineluctable en la vida cotidiana: “Cuando sonó el teléfono de madrugada…”.

Al final, como dice la poeta en el poema XI: “Sólo / aquello que no vemos importa:”. Unos poemas para la reflexión en lo que nada es como parece. 

Es la de Montagut una poesía descriptiva, que parte de lo anecdótico y de repente da un vuelco sorpresivo, así en el poema XIII, de la segunda parte,  afirma:

“Desconozco el sentido de los días / que transcurren inciertos, / como los tigres buscan entre ortigas / la textura del ser / y con indiferencia ven el agua / que busca sin saberlo / una salida, un dique, una alberca / que la haga existir, / aún sabiendo, / que nada nunca es lo que parece.”.

Esta parte, amadrinada, como ya he dicho, por Olga Orozco, contiene elementos simbólicos, algunos pitagóricos, así en los cuatro últimos versos del poema X, uno de los poemas más sugerentes de Desconcierto:

“Tienen las carreteras en los mapas / un número que marca su destino, / como el nuestro está escrito / en una cifra con sólo un par de dígitos.”,
y en la misma línea y de manera brillante los últimos versos del poema III: “Pero suena el teléfono y se rompe el instante / y el espacio se llena de palabras ocultas / que nunca libro alguno contuvo entre sus páginas.”

La autora de Cuerpo desunido (1979), Como un lento puñal (1980), Volver del tiempo, (1983), Par (1993), Teoría del silencio (1997), El tránsito del día (2001), Poemas para un siglo (2003) y La voluntad de los metales (2006) ha publicado, a través de los años, libros muy diversos aunque haya una clara unidad estilística en todos ellos.

Hay que destacar que es una poesía no adscrita a escuelas, con la cualidad de mutar la vida cotidiana en un estado más de la fase onírica. Hay que señalar la voluntad de transmitir la diferencia de ser mujer, de escribir desde un yo en femenino y la presencia del cuerpo en toda su obra como un lugar a explorar y, en un momento dado, describir esa exploración siguiendo la estela de la escritora canadiense Nicole Brossard, que investiga un nuevo léxico para decir el amor entre pares.

De este modo, aunque la primera parte, formada tan sólo por tres poemas, lleva un lema de Brossard, es en la segunda parte en la que se detecta ese deseo de aclarar desde qué opción y perspectiva se está en el mundo, y la búsqueda de una genealogía femenina, que contiene hallazgos –para Brossard y muchas otras- como las escritoras Gertrude Stein, Djuna Barnes y Jane Bowles. Así los poemas VI, VII, VIII y IX resultan relevantes en este sentido.

La propia M. Cinta Montagut afirma lo determinante que le resultó conocer a Nicole Brossard en el transcurso de la I Feria Internacional del Libro Feminista de Barcelona, en junio de 1990. Tuve el honor de coordinar y presentar, junto a la poeta catalana Montserrat Abelló, las jornadas de poesía de la Feria en las que leyeron más de cuarenta autoras de diversas lenguas y en las que hubo la correspondiente traducción al inglés y al castellano de los poemas leídos por las propias poetas, traducciones que hicimos respectivamente Abelló y yo para facilitar la expansión de la poesía de las poetas invitadas.

Pero volvamos a los poemas de Desconcierto, pues son los que esta tarde nos han reunido en el Ateneo Barcelonés, bajo el ala protectora de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña), así en los últimos versos del poema VI queda patente lo antedicho: “Sólo hace unos meses, / unas pocas semanas, / unos días / que busco una pregunta en el umbral / de toda exactitud / de todo ser mujer.”

Es también en esta línea que ha traducido la poeta a las feministas italianas de la Librería de Mujeres de Milán y a Rossanna Fiocchetto.

Es lo que Nicole Brossard, ya en 1975, en su conferencia La mujer y la escritura había anunciado: "Para mí, lo que hoy es importante es que las mujeres escriban conscientes de ellas mismas convertidas en sujetos, y sujetos empecinados en una lucha. Explorar esta diferencia es necesariamente inscribirla en el lenguaje que cuestiona el sexismo de las lenguas que hablamos y escribimos. Al actuar así, inauguramos nuevos lugares para la escritura y la literatura. Una literatura no dicha y no autorizada."
Es Desconcierto un poemario muy afín a Teoría del silencio y a El tránsito del día, en los tres libros desfilan amalgamadas sensaciones del pasado y del presente, podría hablarse de una especie de cuaderno de bitácora en el que se registra la navegación desorientada, distraída, de la existencia. En el que no faltan referencias y reflexiones acerca del sentirse extraño ante el transcurrir de los hechos y los días. En este sentido, el poema III de la primera parte de Desconcierto lo expresa de forma muy lograda:

“En la profundidad de las palabras, / en los textos escritos, / en los libros abandonados, / en el brillo oscuro de las bibliotecas / tenemos que buscar / todo lo que perdimos sin saberlo.”.

Y antes de acabar este Desconcierto, al que espero que Anna Bofill algún día componga en forma de concierto, quiero preguntarle a M. Cinta acerca del breve y primer poema de su último libro publicado:

“El desastre del alba / acompañará siempre / a la necesidad absurda / de escribir.”.

Espero que cuando llegue el momento de la lectura de poemas, algo que es lo importante hoy y no mis palabras, podamos comentarlo también con el poeta y traductor Daniel Najmías, su compañero en las lides de edición de The Barcelona Review. Gracias.