The Barcelona Review

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Los escritores sois todos unos vanidosos Iñaki Marín
Amistades comunes Francisco José Martínez Morán
Ellas tienen la palabra. Las mujeres y la escritura
Noni Benegas
Poesía reunida. Volumen I (1991-1995) Chus Pato

 

portadaIñaki Marín
Los escritores sois todos unos vanidosos
Espai Literari,
Barcelona, 2018

 

Profesor de lengua y literatura, Iñaki Marín (Barcelona, 1961) repite en el género del relato con un conjunto de siete cuentos bajo el provocador título de “Los escritores sois todos unos vanidosos” y editado por Espai Literari. En 2015 ya había publicado “Relatos cautivos” (Ediciones Oblicuas) y más recientemente (2016) “Corredores en Central Park” (Editorial Base). Con esta militancia, Marín demuestra su enamoramiento del relato, ese género comercialmente tan poco agradecido y sin embargo tan retador para un escritor.
En los siete relatos que dan cuerpo a este volumen Marín propone un juego al lector. En este sentido, es recomendable seguir su consejo de leerlos en el mismo orden en que aparecen en el libro (es decir, según el orden del índice).
       Vamos por partes. En los seis primeros, Marín traza con pulso de guionista audiovisual   -ocupación que también ha ejercido-  una serie de historias en las que siempre se da algún elemento o algún suceso que perturba la cotidianidad de sus personajes.  En el primero (“Mi vida en Japón”) un egocéntrico escritor recibe el Premio de la Crítica, en “Maya” un tipo se pasea por el metro de Barcelona con una camiseta donde reza “La vida empieza a los cincuenta”; en “Polígonos irregulares” un padre de familia recorre por trabajo hoteles de carretera y polígonos industriales; una gigantesca paella giratoria preside “La canción del fin del mundo”; en “La lista”, un hombre se obsesiona con la posibilidad de perder su empleo; mientras que en “Tres pájaros cordobeses” cobra peso un juego de tijeras de fantasía. En todos ellos Marín se sirve de una ironía fina y un tanto cruel para, con su prosa ágil, trazar este panorama de historias auto conclusivas. Son relatos que cuentan una historia con la medida precisa, sin extenderse ni encogerse, historias pobladas por personajes con tintes de antihéroe, a veces patéticos, a veces excéntricos, a veces entrañables.
       Ahora bien, Marín va más allá de esto porque este es un libro con tesis.  No hemos hablado del séptimo y último relato, “Lo que parecen las cosas”, que también podría haber sido un título absolutamente significativo para el libro. De alguna forma, este último relato dota de sentido todos los precedentes y desvela la filosofía del volumen. En un momento de este cuento, uno de sus protagonistas le pregunta a otro: “¿Pero tú de dónde te sacas tantas historias?”. ¿De dónde sacan los escritores sus historias? Existen infinidad de teorías sobre la escritura, acerca de dónde sacar las ideas o los temas sobre los que escribir o sobre las motivaciones para crear historias.  Este libro de Marín entraña una poética del cuento. O yendo más allá, de la creación literaria en general. ¿Se pueden cambiar las cosas a base de reescribirlas? “Todas las historias son la misma historia vuelta a contar de mil y una manera diferentes”, mantiene uno de los personajes del último relato. En el universo Marín, las cosas son como son, lo que ha sucedido en la realidad es invariable. Por lo contrario, lo que es falso (lo inventado, lo creado) ofrece infinitas posibilidades. Lo que no ha sucedido sigue siendo posible, según decía Javier Marías. ¿Qué parecen las cosas? ¿Qué parecen un ex taxista, la canción solicitada en un programa de radio, un polígono desierto y una mujer que de pronto se nos cruza por delante?
       En el primer relato, “Mi viaje a Japón”, ya se asientan las bases de la filosofía del libro. El protagonista, Jaime Devón, un escritor pagado de sí mismo, inventa historias, “jugaba a ser Dios y pensaba que Dios había escrito todos los guiones y tiene atados de antemano todos los cabos”. De hecho, la tesis de Marín es esta. Porque Marín también juega a ser ese Dios creador de historias, como el protagonista del séptimo y último relato. ¿Será casual que sean seis las historias narradas y que sea en el séptimo relato -como el día en que Dios descansó- cuando Marín nos enseñe sus cartas? 
Maite Núñez

 

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portadaFrancisco José Martínez Morán
Amistades comunes
Tenerife,

Baile del Sol, 2018

 

Martinez es un mierda, y encima tiene un problema. Le ha salido una Némesis literaria, que escribe las mismas novelas que él, pero de un modo mucho más genial. Morán es joven, educado, culto, tranquilo, agradable, tiene  una novia estupenda, escritora también, toca el piano, y mejora y supera en todos los aspectos la prosa de Martínez, que es un fracasado. Tanto Martínez como Morán son Martínez Morán, el autor de la novela. Un autor que nos había deleitado hasta ahora con sus libros de poemas, y que debuta en el mundo de la narrativa con esta parodia sobre el mundillo literario español. Podríamos aventurar que Martínez es, de algún modo, un arquetipo del escritor medio español: envidioso, pequeño, rodeado de amigotes ruidosos y autocelebrativos, así como también Morán: un joven genio discreto, que escribe y publica desinteresadamente, y al cual aguarda un futuro brillante.
       Huelga decir que quien ha tratado algo con el poeta Martínez Morán sabe perfectamente que él encaja mucho más con Morán que con Martínez, aunque Martínez pueda funcionar como el lado oscuro de cualquier escritor enraizado en el medio editorial de estas latitudes. De ahí el aire trapiellesco del volumen, de ahí esa exploración de lo más luminoso del ser humano (Angustias, Morán) yuxtapuesto a lo más odioso (ancianos mirones, Campa, Ramallo y Martínez). De lo mejor que se podría decir sobre esta novela es que es profundamente humana.
       Ambos son Martínez Morán, pero Martínez es un mierda que insulta a sus amantes y Morán un encanto. Martínez Morán ha concebido Amistades comunes como un juego ingenioso de espejos, amenizado con encajes literarios a la cervantina, y ha conseguido construir una novela simpática, que no es poco decir. Porque no es poca cosa conseguir escribir con humor y con esta base trapielliana, sobre la que se engarzan las sordideces más oscuras que imaginarse puedan, con una naturalidad tan maestra como inquietante. Estructurada con simetría y aparente naturalidad, la novela va avanzando a través de escenas complementarias y muñecas rusas. Muy acertado resulta el enfoque elegido, que nos permite irnos adentrando  en la mente de un perturbado, que ni siquiera es antiheroico, como tantos otros escritores frustrados y oficinescos, sino simplemente un perdedor obsesivo e indecente. Con una pizca de picaresca, un mucho de saber literario y una prosa fluida y sin complicaciones, el autor abre y cierra sus abanicos de realidad pensada llevándose el gato al agua página tras página. Una lectura recomendable, fundamentalmente lúdica. Hay algo de festivo y de humano en este estudio sobre la mediocridad.
       Solo quedan por decir tres cosas en esta reseña: en primer lugar, perdón al autor por un texto tan raro; en segundo lugar,  felicitar a Martínez Morán por un debut tan prometedor (ya esperamos la siguiente); y por último, preguntar si Vila Matas recibirá personalmente un ejemplar. Porque seguro que le interesaría.

 

os escritores sois todos unos vanidosos Iñaki Marín
Amistades comunes Francisco José Martínez Morán
Ellas tienen la palabra. Las mujeres y la escritura
Noni Benegas
Poesía reunida. Volumen I (1991-1995) Chus Pato

 

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Que veinte años no es nada

portadaNoni Benegas,
Ellas tienen la palabra. Las mujeres y la escritura,
Fondo de Cultura Económica,
Madrid, 2017.


Hace veinte años, Jesús Munárriz y Noni Benegas publicaron una antología de poesía escrita por mujeres bajo el título Ellas tienen la palabra. Dos décadas de poesía española,con un extenso prólogo escrito por Noni Benegas que venía a ser un repaso documentado y crítico de la obra de las poetas españolas a lo largo de la historia, incidiendo sobre todo en los siglos XIX y XX.
       El FCE publica hoy ese estudio preliminar  que no ha perdido ni un ápice su vigencia al que añade una entrevista con Benegas, un artículo y unas nuevas conclusiones.
El motor indiscutible de este estudio es la constatación de que a lo largo de la historia la voz poética de las mujeres se ha ocultado y sus nombres y obras se han invisibilizado en antologías, libros de texto y estudios literarios.
       En el año 1986 se publica una antología, Las diosas blancas, en la que su autor Ramón Buenaventura  presenta unas poetas jóvenes que comenzaban su carrera literaria. Esta antología se considera hoy el punto de partida del comienzo de la valoración de la obra de las mujeres. Doce años después Noni Benegas nos ofrece su antología Ellas tienen la palabra, que fue un hito incontestable.
       También se alzaron voces críticas contrarias a la poesía de las mujeres  como la de Francisco Bejarano en su La torre de marfil.
       Noni Benegas repasa la consideración decimonónica de la mujer como “ángel del hogar” y hace un pormenorizado repaso de las poetas desde las voces del 27 como  Concha Méndez  pasando por las poetas de los años oscuros entre las que destaca Angela Figuera Aymerich. Los años cincuenta y sesenta con nombres como Gloria Fuertes, Concha de Marco o M. Victoria Atencia de larga trayectoria hasta nuestros días. A partir ya de los años setenta y el final de la dictadura en la obra de las mujeres aparecen nuevos temas como el cuerpo, el erotismo y el tema amoroso tratado desde un punto de vista nuevo. Las mujeres se han convertido en sujetos y escriben desde su propia singularidad.
       Esta obra breve, sin voluntad de ser exhaustiva, sigue siendo necesaria  y sin duda el lector encontrará en sus páginas un estímulo para leer las obras de las poetas que se citan en ella. Hagan la prueba.
                             M Cinta MONTAGUT

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El placer de la palabra


portadaChus Pato
Poesía reunida. Volumen I (1991-1995),
Traducción Ana Gorría,
Prólogo de Alba Cid.
Editorial Ultramarinos.
Barcelona 2017


Se puede afirmar sin faltar a la verdad que Chus Pato es una poeta casi desconocida fuera de Galicia a pesar de ser una de las figuras más importantes de la poesía gallega actual, de haber alcanzado importantes premios y tener una proyección internacional de importancia. Es por esto que la publicación por primera vez en castellano de dos de los tres libros que nos ofrece la Editorial Ultramarinos de la mano de su editor Unai Velasco  y en la impecable traducción de Ana Gorría es tan importante.
       Obtuvo el Premio de la crítica en 2008 por su libro Hordas de escritura, ingresó no hace mucho en la Real Academia Galega y es Premio Clara Campoamor 2018.
       El volumen que hoy comento está formado por los poemarios Urania (1991), Heloisa (1994) , traducido al castellano en la Editorial La Palma cuatro años más tarde, y Fascinio(1995). Además contiene tres críticas de cada uno de los libros que se hicieron en su momento M. Xosé Queizán, Concha García y Arturo Casas, unos poemas inéditos y cierra el volumen  un texto de la propia poeta en el que explica su forma de escribir.
       Para Chus Pato el poema está más cerca de la ética que de la estética por lo que en sus libros hay siempre una mirada hacia lo social, la política, la cultura y sobre todo el lenguaje, la palabra como instrumento esencial para buscar no sólo el significado profundo de las cosas sino para desentrañar la propia palabra y deconstruir todo lo que los siglos han arrojado sobre ella. Para ella escribir en gallego supuso la extranjería y al mismo tiempo la libertad ya que pudo elegir la lengua de escritura  cosa que en realidad pocos escritores pueden hacer.
       Leer a Pato requiere por parte del lector una gran apertura de espíritu, un esfuerzo, una participación para crear y recrear el poema tejido con una urdimbre en la que se imbrica la cultura, la tierra, el mito, la genealogía, el género, la política , la literatura y la vida. Se trata en cualquier caso de una poesía brillante que va mucho más allá de la lírica e incluso de la lógica pero que siempre actúa en quien la lee como un fulcro para elevarse a otra dimensión.
Estilísticamente se apoya en los paralelismos, las distintas tipografías, puntos suspensivos y otros grafemas que quieren transmitirnos la idea de matiz o de multiplicidad.
       En los tres libros que contiene este volumen el yo poético es femenino. Quien nos habla es una mujer. Un sujeto femenino que se imbrica en la historia en una búsqueda de la identidad desde un extrañamiento o una extranjeridad.
       Urania  es la ciudad de Orense, lugar natal de la autora. Desde una óptica mítica  los poemas nos presentan  mujeres en las fábricas de conservas, las huelgas obreras, la represión. Junto con referencias culturales o incluso podríamos decir culturalistas como la mención al Malleus Maleficarum, un fragmento escrito en occitano por Bertrand de Born.
       Las mujeres son las que sostienen el mundo. “Comprueba/ cómo me hiere preparar unas verduras/cómo es que una acelga/pesa más que el resto del universo.”
       Heloisa  trata de la reelaboración del mito de la considerada primera mujer escritora en Europa.
       En este libro el problema fundamental es el del nombre, cómo nombrar, cómo identificarse con un nombre para ser, para saber. El primer poema del libro se abre con una interrogación “Cómo será entonces mi nombre/ qué nervio de mi propio cuerpo no podré masticar?” para terminar “¿Cómo, entonces, mi propio nombre? / ¿Cómo?.”
       Otro de los ejes temáticos de este poemario es la escritura. la poeta nos dice “Sucumbir en la extenuación de la escritura”.
       Fascinio en el que las mujeres tienen también una presencia indudable, es la política , la lengua y la posición en el mundo. Dice ser “extranjera en mi propia historia/en mi propio paisaje/ en mi propia lengua” Para decir en otro poema “Mi lengua nativa es el fascismo/ la imposibilidad del fascismo de decir los nombres de lo real/ perturbación / origen”.
       Obra de una gran amplitud intelectual, una búsqueda incansable del significado a partir de una patria en la que lo que predomina es  el autoodio, la extinción , el expolio, como dice Pato en uno de sus poemas. Rigurosa en el tratamiento léxico que a veces resulta hermético pero siempre fascinante , en la que muchas veces la propia literatura funciona como metalenguaje o sugerencia.
       Leer esta poesía es un placer para el espíritu y la inteligencia.

 M Cinta Montagut 
© MCM para TBR 2018

 

os escritores sois todos unos vanidosos Iñaki Marín
Amistades comunes Francisco José Martínez Morán
Ellas tienen la palabra. Las mujeres y la escritura
Noni Benegas
Poesía reunida. Volumen I (1991-1995) Chus Pato

 

 

© tbr 2018


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