Notas de actualidad

notasShakespeare en agosto

por

Dolors Udina

 

Salvador Oliva, Dolors Udina, A.Ehrenhaus y Txema Martínez Inglés
Salvador Oliva, Dolors Udina, A.Ehrenhaus y Txema Martínez Inglés

 

En la masía de Can Ribot, bajo pinos centenarios y sobre la ilimitada perspectiva del mar como telón de fondo, con la presencia de una luna llena que parecía participar de la coreografía teatral, se celebró en Mataró durante los primeros días del mes de agosto la séptima edición del Festival Shakespeare, con un atractivo programa que garantiza la consolidación de este singular festival.

El Festival Shakespeare nació en 2003 con la voluntad de producir y exhibir espectáculos inspirados en la figura de William Shakespeare y de proponer actividades artísticas ligadas a su producción literaria y dramática. Es el único certamen en España dedicado al dramaturgo inglés y desde su nacimiento ha intentado promover y ampliar las colaboraciones con otras muestras teatrales internacionales. Éste ha sido el primer año en que el festival se ha desarrollado íntegramente en Mataró, después de haberse celebrado durante años en Santa Susana, que en 2008 pasó el testigo de la organización a esta ciudad del Maresme barcelonés. Si el cambio de localidad –con el consiguiente proceso administrativo y logístico que suponía­– y las reducciones presupuestarias derivadas de la insoslayable crisis que padecemos podían  poner fin a una atrevida iniciativa, la imaginación de la dirección del festival, a cargo de Montse Vellvehí, y la apuesta que desde el Institut Municipal d’Acció Cultural del Ayuntamiento de Mataró se hizo, de forma clara y contundente, por este Festival lo han erigido en una de las manifestaciones artísticas más decididas y multidisciplinares con una destacada afluencia de público. 

La programación de este año, que ha tenido como momentos estelares un Ricard II dirigido por Carme Portacelli y la atrevida presentación, como colofón del festival, de un alocado En attendant le songe dirigido por Irina Brook que encandiló y divirtió a un público entregado, fue inaugurada por la Big Band del Maresme, que ofreció un concierto que recuperaba la suite Such Sweet Thunder, creada en 1957 por Duke Ellington y basada en textos de las obras de Shakespeare.

Coincidiendo con el 400 aniversario de la publicación en inglés de los Sonetos de William Shakespeare, el Festival presentó distintas actividades artísticas, teatrales y literarias relacionadas con la obra poética a veces ignorada del dramaturgo inglés. Durante todos los días del festival, pudo visitarse en los jardines de Can Ribot una instalación visual de Salvador Juanpere, “Mientras los versos vivan”, que presentaba veinte sonetos de Shakespeare dispuestos como un texto sobrepuesto y poroso en grandes plafones de madera. Por otro lado, la compañía de danza alemana Moving Theater, que combina en sus obras teatro, danza y música, presentó Fair Friends Shakespeare's Sonnets, un espectáculo de singular belleza y profundidad poética en el que se explora el amor con toda la fuerza de la pasión.

Para profundizar en el significado y la actualidad de los sonetos de Shakespeare, se organizó una mesa redonda de traductores de esta obra, que si ya a lo largo de la historia ha sido profusamente traducida, parece batir todos los récords en la actualidad. En los últimos años se han publicado cuatro o cinco versiones nuevas en castellano y casi otras tantas en catalán. Con la presencia de Andrés Ehrenhaus, Txema Martínez Inglés y Salvador Oliva (y la ausencia excusada por motivos de salud de Joan Triadú y Gerard Vergés), el público pudo vislumbrar la riqueza de la poética shakespereana a partir de  las explicaciones de los traductores sobre la manera de abordar la reescritura de estos poemas y constatando, en las sucesivas lecturas de las versiones, las notables diferencias entre cada una de las versiones. 

Además de los talleres y clases magistrales para actores que, como todos los años, se sucedieron durante los días del festival (así como la presentación de un moderno Otelo con la peculiar película india Omkara, de Vishal Bhardwaj), pudieron verse también dos pequeñas joyas: La caça de l’home de Albert Balasch, una lectura particular del Rey Lear a cargo de Mario Gas, y el espectáculo familiar Giulietta, de Pepa Plana, que adapta con toda libertad Romeo y Julieta e interpreta a todos los personajes.

El Festival ha presentado además este año el primer título de la colección "Festival Shakespeare" (coeditado con Eumo),  Dues mirades, que recoge las aportaciones críticas de Stephen Greenblatt (Bales invisibles) y de Salvador Oliva (Art i ideologia) acerca de la obra de Shakespeare y su interpretación y vigencia en nuestro tiempo.

Los que tenemos por costumbre dedicar unos días del mes de agosto a disfrutar de la obra shakespereana deseamos larga vida a este festival que sitúa a Mataró en la órbita de los grandes festivales europeos.