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FRAGMENTOSDE ALGUNOS RELATOS DE La acústica de los iglús. (Caballo de Troya Editoral).


 


Título: La señora Smaig



“La intuición del elefante es enorme. Y la memoria. Una vez vi desmayarse a un elefante africano. Y tembló la montaña entera. Se desorientaron los ríos. Iba de camino al cementerio de elefantes, a camuflarse entre huesos descalcificados y tierra húmeda. Iba a morir. Pero de camino, se desmayó y murió en otro lado. Lo peor sucede así, cuando estamos yendo a algún sitio y no acabamos de llegar. Esa sensación de quedarse en el intento, de parálisis horaria, de olvido a largo plazo y salones demasiado amplios. Lo peor de la vida sucede en los gerundios”.


***


“Las cicatrices también caminan, quiero decir, van con las personas, se mueven. Antes caminaba de una manera y ahora camino de otra. Ya no ando tan recta. Me inclino, ligeramente, hacia la izquierda. Hay que adaptarse a la cicatriz, siempre. Y luego ya se puede seguir viviendo”.


Título: El frío a través de los engranajes.


“Aquella tarde, con el pasajero dentro de la furgoneta, notamos como se hacía más denso el frío polar. Empezaron a formarse estalactitas en los dedos de Percival, que bastante asustado, desmenuzaba con los dientes. Parecía un castor. En uno de mis bolsillos creció una planta abominable. Percival la alimentaba con sus moscas muertas, cargadas de nutrientes, y mamá parecía no percibir el microclima que llevábamos dentro.

¿Cómo va a crecer una planta dentro de un bolsillo?”



Título: Apuntes desde la bóveda celeste


“Para alguien como yo, que ha estudiado un máster en Filosofía Contemporánea, un curso homologado en Filosofía Analítica, un taller de Filosofía Política, una asignatura troncal de Filosofía del Derecho y otra obligatoria de Filosofía Histórica, una optativa de Filosofía Antigua, un módulo en Filosofía Emocional y Psicológica, una especialización en Filosofía Humanista, un doctorado en Filosofía del Lenguaje y Filosofía Oriental y Filosofía Científica y ha asistido recientemente a un seminario sobre Filosofía Antropomórfica y a un simposio sobre Filosofía Renacentista, es difícil encontrar trabajo. He ido con mi titulación a todas partes. Mi currículum, lo llevo en una bolsa del supermercado, junto a las legumbres en conserva. No sé por qué ha acabado allí, cómo ha sido el proceso”.


***

“El cielo que habito es cada día más espeso. Sus corrientes de aire me marean. Aunque ya no sé si llamar cielo (¿cielo espléndido?) a esto, que me absorbe cada vez más. Me está engullendo. ¿Hacia dónde voy? ¿Qué es eso a lo que llaman satélite? Últimamente me dedico a mirar por la ventana. Es algo que ya hacía en la Tierra. Mirar mucho por la ventana: el ritmo de sus caminantes, el derrame de sus vidas, la locura moderna”.


Título: El nadador de Hotel Minerva


“El otoño llegaba con mucho retraso o apenas llegaba (ahora hay estaciones del año que nunca llegan: se distorsionan, se disuelven, transmutan y mueren) pero casi todos los huéspedes del hotel teníamos la cabeza llena de hojas secas que nos sacudíamos con las manos. Empezábamos a sentir el hemiciclo del frío y el debate se establecía sobre un único y fulgurante tema: si cambiaba el paisaje porque cambiaban los árboles, o era más bien al contrario; en realidad cambiaban los árboles en armonía con el paisaje”.


Título: El arte incrustado


“Justo entonces me di cuenta de que el amor (el sexo, el amor) incluía aliento, fiebre y sangre a todas horas. Que eso era lo diferente, lo esencial: la aceptación de lo sucio, las impurezas de la otra persona, el secreto manchado, la bilis. Había que desearlo, malgastarlo y volverlo a desear. Era como una exhalación vertiginosa, siempre repetitiva, de líquidos humanos. Revolcarse en el sudor ajeno, hasta quedarse sin fuerzas. Y continuar así, hasta el último día, en que ya no se desea nada anatómico del otro, ni siquiera una palabra o un gesto”.



Título: El triunfo humano.


“Entre camisetas y pantalones, pasaba la vida. Yo la escuchaba allí fuera; la vida destilando sustratos químicos. Siempre he oído la vida al otro lado de la puerta. ¿Por qué los hechos palpitantes suceden justo al otro lado? Cuando lograba traspasar la puerta y alcanzar el bullicio, las conversaciones sonoras, las arritmias emocionales, los bailes oníricos, los torrentes de lava, las orgías silvestres, ya habían finalizado. Soy como el interruptor chapucero que apaga la luz”.



Título: Introducción al relámpago


“Uno crece y enmarca a sus tíos y a sus padres y a sus abuelos. Y también enmarca a sus amigos, que luego cambia por otros amigos, ni mejores ni peores, sin plantearse muchas cosas, porque sería agotador, un adiós inabarcable. Aquí, en el planeta azul, son igual de tristes las cosas que acaban como las que no acaban. Uno no sabe lo que prefiere, si comprarse un sacapuntas o una chirimoya. Uno crece y desearía sonar, a ratos, como las Variaciones Goldberg, vivir dentro de su partitura y como no puede, las tararea casi siempre bastante mal, que es el mayor homenaje que puede hacerle a unas variaciones así. Y otras veces, enmarca a personas que nunca ha conocido, pero que le emocionan más que personas que sí conoce. Nick Cave o Rainer Maria Rilke. Un cocodrilo llamado Felisberto. Hay personas que consiguen olvidar a sus personajes de ficción hasta olvidarse de sí mismas. Ada en Ardis Hall o Alicia en su misterioso Wonderland. Y entonces se vuelven majaretas, un poco testarudas, como las gallinas, a las que de repente les falta una pluma y ya no controlan parte de su vida. Se puede prescindir de una cresta, de un coágulo, de un escalofrío de silicona, de un pico e incluso de una pala. Pero no se puede prescindir de una pluma menos.

Una pluma menos es motivo suficiente para montar un escándalo”.


© Almudena Sánchez


       Este texto no puede reproducirse ni archivarse sin permiso del autor y/o The Barcelona Review.
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SanchezAlmudena Sánchez (Palma de Mallorca, 1985). Es licenciada en periodismo y máster en Escritura Creativa. Fue incluida en «Bajo treinta», antología de nuevos narradores españoles (Salto de Página, 2013). «La acústica de los iglús» (Caballo de Troya, 2016), su primer libro, ha tenido muy buena acogida por parte de los lectores y la crítica.