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índex català              mayo - junio  n° 42

"Estados Unidos es un país latinoamericano"

ENTREVISTA CON
ALBERTO FUGUET

Por Ernesto Escobar Ulloa

 

 

Cuando lo vi salir del ascensor del hotel Ac Diplomatic de Barcelona, a las siete de la tarde de un martes cualquiera del mes de abril de 2004, lo primero que pensé fue: está harto de dar entrevistas. Supe que había pedido descansar por lo menos dos horas antes de su cita conmigo, así que imaginé que acababa de levantarse de una siesta furtiva y que la promoción de su última novela, Las películas de mi vida, le estaba costando demasiados aviones y hoteles. Su aspecto era algo abandonado. Con la camiseta y la camisa con las que seguramente había dormido salió despeinado y con una barba de por lo menos un par de días. Con esa pinta pensé que iba a pedir un whisky, pero sugirió: "¿un café?" Luego sugirió que nos dejaran solos. Nos presentamos. Le dije que era peruano, y con ese relajado charm que a mí me recordaba a la gente "con calle" de Lima, nos pusimos a hablar del Perú, como de alguna manera esperaba. Quizá porque de Perú es su admirado Mario Vargas Llosa, una de sus principales influencias (ahora también admirador suyo), o quizá porque ahí se hizo la película Tinta Roja, basada en la novela suya del mismo título. Pero aún hay otra razón por la que Alberto Fuguet, uno de los fundadores de McOndo, se siente agradecido con el Perú…


AF
. Yo siento que yo le debo harto a Perú. Perú fue el primer país como que me empezó a tomar en cuenta. Tinta Roja fue para mí como la guinda en el pastel. Yo sentí que fue el país al que le debo haber salido.

EEU. ¿Ah sí?

AF. Fue la primera entrevista que yo di en el extranjero…

EEU. El primero que te acogió…

AF. Ah, sí. Yo lo siento así, aunque ahora que lo pienso en rigor no es tan verdad, yo primero publiqué en Argentina. Pero realmente ese libro como que se hizo solo, se imprimió allá. Y supuestamente Mala onda era parte de la colección argentina pero en Argentina no pasó nada.

EEU. ¿Y cómo dio el salto…?

AF. Perú ayudó mucho, no sé por qué. Creo que por la gente que viajaba. Había conexión. Creo que la literatura tiene mucho que ver con la naturaleza humana. A veces justo porque el tema se da. O el tema justo está en el aire. O a veces los libros viajan debido a que ciertos países tienen mejor conexión con otros. Yo creo que Chile tiene mucha más conexión con Perú de lo que uno cree. Por ejemplo, yo siento que no tengo ningún contacto con Ecuador. Después comenzó a darse, naturalmente, comenzó a rebalsar a otros países. No es por hacerte la pata ni nada...

EEU. Ya (Risas)

AF. Y al final terminó con Tinta Roja que, obviamente, qué más quieres… De verdad yo siento que Mala onda empezó a ser como súper acogido en Perú y siempre me ayudó, claro, es como lógico, cuando una editorial ve a quién pueden lograr sacar afuera, te dicen: ¿funcionará fuera de tu país? Y uno dice "sí, Perú…" ¿Pero cómo no compran tantos libros?

EEU. La crisis…

AF. Es el mal sudamericano. Si cada aspirante a escritor comprara un libro nuevo… Bueno yo no me puedo quejar.

EEU. Yendo a tu novela, hay una cosa que me llama la atención, la certeza de que lo mejor para combatir un terremoto es la memoria. Los pobladores deberían recordar lo que pasó y marcharse de ahí. Me hace pensar en Latinoamérica, un continente olvidadizo. Los terremotos te sirven para explicar sus constantes sismos…

AF. Bueno, sí, obviamente yo estaba buscando la metáfora, estaba buscando algo extra para poder decir cosas de otra manera. La novela política ya está hecha y no creo que yo la haga, aunque todo el mundo quiere hacer Conversación en La Catedral. Yo quería hablar de Chile. Me siento comprometido y obligado a escribir de mi país. Siento que es el mejor lugar donde yo puedo escribir. No todos los escritores, incluso algunos de mis amigos, optan por escribir con ciudades verdaderas. Ahí desde luego está Macondo, y pero también están miles de ciudades inventadas. Si tú, en vez de ponerle Santiago, le pones Metrópolis, de alguna manera ya estás alejándote e inventando otro mundo.

Y yo en ese sentido soy vargasllosiano, me gusta la idea de tocar de frente al país y a lo real. Tampoco quería gastar tanta página. Porque yo tenía mucho que contar pero quería hacerlo conciso. Yo no quería hacer 800 páginas. Creo que ya no estamos en un mundo para que alguien lea 800 páginas. Y esta es una novela familiar y las novelas familiares tienden a ser muy largas, por lo tanto necesitaba buscar algo y no sabía muy bien qué. De repente caí en los sismos. Creo que fue realmente un momento de iluminación. Aunque yo creo que no. Yo no creo en los momentos de iluminación. Creo que es un trabajo previo pero no me di cuenta, y estaba buscando algo para poder hablar de la memoria, de la división. Por ejemplo a mí lo que más me gustó de los sismos es cuando yo iba a entrevistar a mi primer sismólogo y me dice: "Chile es un país muy fracturado". Yo empecé a pensar que me estaba hueveando, o sea yo decía: "justo me tocó un sismólogo poeta". Me hablaba de mucha memoria geológica, me hablaba de Arica, me decía "¿Arica?, yo no estaría ahí ni por broma", y San Francisco es como una bomba de tiempo. Pues ahí yo empecé a jugar que yo podía hablar de temas como… -y me alegró y me encanta que tú te hayas dado cuenta- que yo podía hablar no solo de Chile, sino de todos los países que han tenido fracturas. Incluso España tiene fracturas, divisiones, terremotos, el 11-M, como dicen acá: ¿si eso no es un terremoto qué es? Un terremoto como lo defino ahí es un evento que divide un país en un antes y un después en la historia. Es algo de lo que todo el mundo tiene una opinión, un recuerdo y una historia.

EEU. Todo el mundo lo vive…

AF. Todas las clases sociales. Tú puedes estar durmiendo y lo vives. Es algo muy raro, son muy pocas las cosas que todo el mundo vive. Y ahí me di cuenta de que el 11 de setiembre nuestro, en Chile, que es una fecha tan importante, también era un sismo, una división. Y de ahí venía también el tema de la memoria. Una de las cosas que me llamó la atención, que yo sentía que era una metáfora de Chile también, es que si tú analizas, si todos nuestros países, Estados Unidos menos, los países sísmicos no producen sismólogos. ¿Por qué en Lima hay tanto aspirante a escritor y no aspirante a sismólogo? Entonces cuando yo llamé al instituto de sismología, yo dije "hola, mi nombre es Alberto Fuguet, mira, se trata de lo siguiente, yo estoy haciendo un libro y quiero investigar, si tú pudieras conectarme como un recién graduado, o alguien joven". Me dijo "no hay". ¿Pero cómo que no hay? Porque esta novela iba a ser muy distinta, yo primero quería saber cómo era la vida de un sismólogo en la universidad y todo eso y me dijo "en este momento no tenemos ni un alumno".

EEU. Es decir que tú no partiste con una idea preconcebida de la novela, comenzaste a idear la novela rodeando el tema…

AF. Sí, sí. O sea las ideas previas como making off eran películas, familia, Chile, por supuesto, eso era. Este libro mío es el que más me ha gustado en su creación. Ahora, yo sé que a los escritores les gusta a veces contarlo. Ahora yo no tengo ningún problema en contarlo pero deseo que sea mucho más importante el libro en sí. En un principio el libro iba a ser mucho más cinéfilo, iba a ser de películas realmente importantes, o películas que me gustan más a mí.

EEU. Sí, porque aquí hay todo tipo de películas…

AF. Y pura basura casi. El libro iba ser un libro más adulto, o sea iba a ser más como de 18 a 30. Y entonces me di cuenta de que era un libro de jóvenes. Pero ni siquiera de jóvenes porque yo sentía que Mala onda era un libro de jóvenes, éste era un libro como de niños y de pre-adolescencia. Y ahí me di cuenta de que éste era un libro setentero… Lo fui descubriendo, y claro, eso a mí me ayudó mucho a seguir investigando, y con los sismos vinieron las metáforas solas. Y ahí venía el tema de la memoria. Yo me di cuenta que todos nuestros países somos más desmemoriados… y partiendo por algo tan telúrico -la política viene muy al final- como la tierra. Si tenemos mala memoria con la tierra, ¿qué esperas? Ahora, por otro lado, yo defiendo la mala memoria un poco en el sentido de que también la gente tiene derecho a volver a vivir en el lugar donde ellos quieran vivir. Porque igual se van a morir. Entonces también la gente que vive en San Francisco dice: "bueno, pero San Francisco es increíble, igual prefiero vivir aquí mientras dure, que trasladarme cien kilómetros más adentro?

EEU. La metáfora te está sirviendo para hablar de la realidad del continente partiendo por la tierra, "tierra" en todo el sentido de la palabra…

AF: Claro, sí, sí. Siento que tuve suerte. Encontré eso. Ahora también creo que la suerte uno la busca. Claro que sí que encontré una cosa buena, yo siempre la he tenido más o menos, que yo trato de no escribir sobre escritores, o sea yo he leído suficientes libros de escritores latinoamericanos especialmente… En Estados Unidos no es tanto. No todos los protagonistas son escritores. Yo lo comparo con leer sobre escritores, a mí me encanta, porque yo subrayo... Esta conversación que estamos teniendo tú y yo, a nosotros nos entretiene, pero a ellos no. Si tú vas a leer una novela sobre un plomero, más vale que le pase algo al plomero, porque si la novela empieza a ponerte cómo se abre un grifo, tú vas a dejarla. Pero siempre los escritores tienden a escribir mucho de escritores.

EEU. Un mal vicio…

AF. Es mal vicio… Y por eso yo me propuse buscar una profesión y era mucho mejor ésta. Además yo odio escribir sobre escritores. Los escritores latinoamericanos tienden a escribir sobre escritores.

EEU. ¿Y no es también muy metafórico que hayas querido hablar de la soledad? Porque, creo que… hay un componente fuerte de soledad en tu novela… qué mejor profesión que describa la soledad que un sismólogo, imagino un sismólogo como alguien que trabaja solo.

AF. Claro, totalmente. Yo pienso así de la ciencia. Ahora, si uno se pone exquisito, la soledad afecta a todo el mundo. No hay nada más solo que un artista de cine, que un famoso, que Lost in translation... Lo que también me gustó de la sismología es que se parecía al arte, igual, porque era un poco inútil. De todas las profesiones científicas es una de las más inútiles, entre comillas, porque no puede predecir un terremoto y no puede salvar a nadie. El equivalente…, creo que lo digo, es como si los doctores sólo estudiaran cadáveres. Los sismólogos sólo pueden trabajar una vez que haya ocurrido, pero realmente a la larga no pueden hacer nada. Es como un forense. Una vez que ocurrió tampoco puede enmendarlo.

EEU. Pero también hablas de inmigración y de humor…

AF. A mí el tema de la inmigración me interesa mucho. Se gana mucho al emigrar, pero también se pierde mucho. Y se tiende generalmente a hablar más de lo bueno que de lo malo, especialmente en EE UU que es una nación de inmigrantes…

EEU. Está dignificado…

AF. Dignificado y sobrevalorado, especialmente con los latinoamericanos. Es verdad que mucha de la gente muy pobre que llega a EE UU mejora su estándar de vida, pero también empeora quizá su vida interior, por así decirlo. Se pierden cosas, se pierde una familia…

EEU. Las raíces

AF. El idioma, cosas por el estilo, pero dentro de todo eso quería meter un poco de humor.

EEU. Aparece en tu libro la expresión "se mueve el piso", que en España sería algo así como "se mueve el suelo", que quiere decir que algo pasa. Tú dices que siempre están pasando cosas, que siempre hay temblores pero que sólo nos damos cuenta cuando llega un terremoto.

AF. No existe la expresión pero aquí yo he escuchado "remezón", "aún hay réplicas de lo que pasó en Atocha", que son palabras sísmicas. Cuando empecé a leer libros de sismología, geofísica, me di cuenta que las palabras eran las mismas que usan los psiquiatras, "fractura", "fisura", "remezón". Y me encantó eso, claro, y en realidad lo que pasó en España es lo mismo, es dar por hecho que las cosas son fijas, que la paz es fija, que la democracia es fija y que andar en tren es algo que no tiene nada de peligro. Y por eso se produce el shock. En realidad no es tanto que explote una bomba, es que la normalidad se venga abajo.

EEU. Tiene que pasar realmente algo muy fuerte para que cobremos conciencia de la vida, digamos

AF. Yo creo que sí, por desgracia. Pero eso también es lógico porque el ser humano tiene que protegerse... Sino sería un infierno.

EEU. Tocando el tema autobiográfico, no te voy a preguntar qué hay de autobiográfico en tu novela porque creo que estamos entre amigos, pero ¿por qué decidiste jugar con el morbo que le produce a la gente esto?

AF. Bueno, gracias por la pregunta, me parece perfectamente bien formulada. Primero, ¿por qué tú asumes que es autobiográfico? A mí, es curioso, siempre me preguntan exactamente lo mismo con todas mis novelas. Con Mala onda, no está ambientada en California pero me preguntaban lo mismo y todo el mundo creía que era verdad. Y con Tinta roja lo mismo. Yo siento que eso es mi obligación. En general yo quiero que siempre parezca verdad. Todos mis libros han estado bastante cerca de un mundo que podía ser el mío. Pero sí, obviamente más que jugar con el morbo, yo no creo que nadie sienta morbo hacia mí, ni curiosidad. Siento que hay ciertos escritores que juegan con eso, ellos son más figuras públicas. Yo trato de jugar con que tú creas que sea verdad. Y a mí me parece que eso es lo mínimo. Los grandes libros que he leído han sido libros que yo creía que eran todo verdad. Me pasó la primera vez que leí a Salinger. Pero sin duda Las películas de mi vida es un libro personal, pero tampoco tanto como se cree. Yo jugué con temas especialmente como claves de mi biografía que supuestamente son públicos. A mí siempre me molestó que hayan puesto en mi biografía que yo me había criado en EE UU, que mi idioma era inglés. Y es verdad, y absolutamente verdad, así que jugué con eso. Creo que ha habido un exceso de libros en los que uno tiene claro que nada es verdad desde la página uno.

EEU. No motiva para nada leerlos.

AF. A mí no me motiva. Cuando vas a una librería y lees las contraportadas: "Este ejercicio", "este experimento", "un juego de máscaras", "un juego de espejos". Como que lo más importante es a la larga como el escritor "inventó", "la prosa del escritor": Pero yo quiero que todo eso no se note, y que uno piense que es todo verdad.

EEU. He leído El pez en el agua de Vargas Llosa millones de veces…

AF. Me encanta a mí también. Lo tengo todo subrayado. Me parece un libro clave para todo aspirante a escritor.

EEU. ...lo curioso es que, volviendo al tema de la autobiografía, creer que Vargas Llosa se hubiera limitado exclusivamente a contar la verdad, después de 30 años escribiendo novelas era como un poco loco, así que me la pasé buscando las mentiras. Es curioso que leyendo autobiografías o diarios, algo que sabemos que es verdad, busquemos mentiras, y que leyendo una novela, que sabemos que es una invención, busquemos verdades. ¿Necesitamos las dos... qué pasa?

AF. Claro. Yo creo que se debe a algo por el estilo. Estamos tan acostumbrados en la vida real a que la gente mienta que cuando alguien te dice la verdad, dudas y desconfías de él. A la larga, los libros más verdaderos son aquellos que más quedan. Hemos hablado de Vargas Llosa, no podemos evitarlo. Para mí los libros mejores de Vargas Llosa son aquellos más cercanos a la verdad, cualquiera que ella sea, siento que el Vargas Llosa de La ciudad de los perros, que a lo mejor es pura mentira, para mí es mucho más verdad que el de Gauguin. (El paraíso en la otra esquina) ¿No sé si estás de acuerdo?

EEU. No sé, el de Gauguin me gustó también, pero no sé si más, no lo comparé.

AF. Son cosas distintas. A lo mejor hasta es mejor. Pero entra de otra manera.

EEU. Sí, es distinto... Hablando de McOndo, al final podemos decir que se acabó imponiendo ¿no?

AF. (Risas) ¿En serio? Gracias. Se podía cambiar la palabra, pero sí, estoy de acuerdo contigo. En un principio yo tenía mis dudas, obviamente. Me asusté bastante después de todos los ataques.

mcondoEEU. Antes que nada podrías definir McOndo para aquellos que no lo conocen, en un statement… por ejemplo.

AF. No sé si soy capaz de hacer un statement. No sé si me corresponde tampoco.Yo como que le puse un nombre a una sensibilidad. Quizá algunas de las cosas que digo pueden ser erradas. Porque yo no soy dueño de McOndo ni nada. Yo no soy un teórico. Pero sin duda, lo que yo básicamente hice fue darle un nombre a algo que yo sentía que estaba en el aire. Sí te puedo decir que no creo que sea un movimiento, en el sentido tradicional. Tampoco es una generación. Si es una generación, tiene que ser muy libre entendida… No es un grupillo tipo "boom", o sea no todo es la misma editorial. Yo leo gente que ni siquiera conozco y siento que son McOndo.

EEU. Es más un fenómeno sociológico, algo que tenía que pasar...

AF. A mí me gustaría decir que sí... A lo mejor se le podía haber puesto un nombre más elegante, más aburrido, más académico, como Escritores modernos… no sé...

EEU. Pero el nombre mismo busca polémica.

AF. Busca polémica pero no tan fuerte como yo pensaba. Han pasado como ocho años desde McOndo, fue en el 96, ese libro fue súper mal criticado acá en España, ahora yo he vuelto a España y está lleno de Starbucks. España se ha vuelto mucho más McOndo de lo que era la primera vez que yo vine. Cosa que yo nunca esperé. Y me llama la atención venir a España en un momento que tienen sus peores relaciones con EE UU y nunca lo he visto tan americano como antes. Los dos libros de mayor éxito en España ocurren en EE UU, eso no hubiera pasado hace ocho años, la novela de Ray Loriga ocurre en Manhattan, y en no ficción está Antonio Muñoz Molina con Ventana a Manhattan. Y está todo mucho más gringo que antes. Ahora, ¿eso explica que España se acabó? Joder, no. McOndo es como está América Latina ahora, es un poco aburrida mi definición pero es muy amplia. Lo que más me molesta de McOndo es que la pelea fue solo literaria. Yo nunca que dije que McOndo es un fenómeno exclusivamente literario. McOndo para mí es lo que se siente cuando estás en Downtown, Los Angeles. McOndo para mí es el programa de Don Francisco...

EEU. También es spanglish...

AF. Totalmente, pero también es Amores Perros, eso es cine mexicano...

EEU. Un cine con una acción muy hollywoodiense, digamos…

AF. Pero sigue siendo ultra latinoamericano, mucho más de lo que lo fue antes.

EEU. Se está aceptando ya una influencia, quizá antes el cine era un poco más reticente...

AF. Es que la vida es más fuerte. Estados Unidos es un fenómeno interesante, las fronteras están súper vigiladas pero el fondo cultural ya se vino abajo y se vino abajo por algún lado…

EEU. ¿Están excluidos de McOndo los escritores españoles, de tu generación digamos? ¿Tú sientes que hay una…

(Me callo y lo dejo pensar. La pregunta parece incomodarle).

AF. A ver, una buena pregunta, y peligrosa porque cómo la puedo responder porque esto va a quedar... Yo creo.. en el fondo yo te diría que sí… pero no por eso uno no puede sentirse cercano y hermano… a lo mejor debería incluirse como McEurope o algo así. Ahora sin duda hay un montón de escritores y cineastas que tienen esa sensibilidad. En el fondo yo me doy cuenta que McOndo quizá molestó, cuando salió la crítica acá, en El País, porque yo creo que España es otro mundo. Aunque tenemos muchas cosas en común creo que España pertenece a otro continente y a otra cultura. Y lo que tenemos en común es el idioma. Creo que nosotros somos americanos. Creo que no se entendió McOndo especialmente acá por eso. Tú vas a Lima y ves todos esos casinos, parece Las Vegas y no vas a decir que Lima no sigue siendo Lima. A mí lo que más me molestó es que dijeran que Alberto Fuguet está diciendo que América Latina es como Estados Unidos. Yo nunca dije eso. Cuando tú entras del Callao a Lima nunca crees que estás en Philadelphia o en Iowa. Lo último que ayudó a McOndo a seguir creciendo, no a nivel literario, fue la caída de Argentina. Cuando Argentina se transformó en un país tercermundista, aunque siempre lo había sido. Y cuando Bush fue elegido, eso fue un momento McOndiano, Estados Unidos demostró que era un país latinoamericano, donde se roban las decisiones…

EEU. Pareció un Fujimorazo…

AF. Claro, el hijo tonto del presidente rico, porque en todos los países los presidentes son hijos de familias… latifundistas de Texas que tiene hijos y todos son presidentes… Ahora Estados Unidos es un país latinoamericano.

EEU. Aquí, la gente dice que Latinoamérica está muy americanizado, y aquí uno ve un McDonalds y es exactamente igual que en Estados Unidos, sin embargo en Lima, por ejemplo, me han dicho que hay un "menú criollo", tiene que haber una especie de apropiación porque si no lo rechazan…

AF. Claro. Totalmente. Se transforma en una tercera cosa. Siempre la cultura ha sido móvil. Un sinónimo de cultura debería ser "cambio". La cultura brasilera de hace cien años es muy distinta a la de hoy. Somos de un continente mestizo nuevo. Yo tengo una teoría que incluso en América Latina hay dos Américas, es muy claro, especialmente en Estados Unidos, y mi libro lo demuestra creo yo: está la costa oeste y la costa este, esa vieja lucha como de Woody Allen entre Nueva York y Los Ángeles, también se da en Sudamérica. Santiago, Lima y Guayaquil tienen mucho más en común que Buenos Aires y Montevideo, incluso que Río, porque ellos siempre han estado más cerca, curiosamente, de Europa, tienen más deudas... Buenos Aires fue una cuna increíble de cultura. Ahora Lima y Chile y toda esa mierda, curiosamente ahora, al estar más libres y tener menos tradición, son más capaces de apropiarse de otras culturas. Y también ahora, con el futuro, que es oriente. A mí me llama la atención que ahora la mejor revista cultural latinoamericana esté en Lima.

EEU. Etiqueta Negra, se vende aquí también.

AF. Es una revista súper buena. ¿Ese no era antes un producto típicamente argentino? Ese era un producto equivalente a Página Doce, que era como mítico, ¿no? ¿Y hoy por qué se hace en Perú? Y ahora uno de los centros editoriales fuertes, de revistas, de cultura está en Colombia, en Bogotá. Lo que a mí más me deja satisfecho con McOndo es que Colombia reaccionó raro con McOndo, y ahora ellos tienen un movimiento con un nombre bastante aburrido, Nueva Literatura Urbana o algo así, y son todos urbanos.

EEU. Es también un McOndo...

AF. De otro modo, pero sí. Yo creo que el proceso español es más tardío, yo creo que recién ellos están en el conflicto de entrar más a Europa. Ahora, ellos han hecho bastante, abandonar su moneda...

EEU. Tampoco McOndo es una negación del Realismo Mágico...

AF. Para nada. Yo creo que hay muchos puntos en común. No sé si tanto en mi literatura pero en la realidad de América Latina, se producen cosas absurdas y casi imposibles de explicar y ahí viene por ejemplo Hugo Chávez, hasta dan ganas de usar la palabra Realismo Mágico porque no hay otra manera de explicarlo. Un presidente que los domingos se la pasa hablando en la televisión y cantando, ¿cómo se explica eso? A Clinton al final, en el país número uno, no lograron echarlo de la presidencia, con el escándalo Lewinsky porque no había pruebas. En cambio en Perú, un país mucho más pobre y tercermundista, todo estaba filmado, todo lleno de videos y cámaras secretas, parecía una película de James Bond (se refiere a la aparición de videos que probaban la corrupción del gobierno de Alberto Fujimori). Ahora los países pobres están muy mediatizados.

EEU. Veo algo de Realismo Mágico en un pasaje de tu novela que dice que después del terremoto de El Salvador, "lo único que se quebró en la casa de mamá fue un jarro de limonada". Me recuerda frases de Cien Años de Soledad.

AF. Mira, no me había dado cuenta, pero quizá, quizá. Esa no la recordaba pero hay una escena que sí sé que fue como Realismo Mágico, pero lo que yo traté de hacer fue explicarlo. Básicamente ésta es un poco mi crítica al Realismo Mágico. Efectivamente, puede ocurrir que este hotel se inunde de agua, pero probablemente habrá una explicación. Especialmente los imitadores de García Márquez esto no lo ponían. En un momento de la novela, en California, de repente, el barrio entero se llena de loros y los loros hablan. Fue algo que me tocó vivir pero no de cerca, me lo contaron, pero claro se habían escapado todos los loros de una especie de Disneylandia. Esta es la diferencia, en un libro de Realismo Mágico, especialmente un imitador de García Márquez, diría: "la chica amaneció esa mañana rodeada de loros que hablaban y después desayunó, cocinó y los loros se fueron". Uno lee eso y dice "qué imagen más loca y más maravillosa" Yo digo lo mismo, pero después digo que llegaron los hombres de Parrot Jungle a buscar los loros. El Realismo Mágico es como…

EEU. ...eludir la explicación y darlo como realidad asumida.

AF. Y que siempre ocurre… Lo que a mí siempre me molestó a nivel político del Realismo Mágico es que si un volcán explotó y murieron como quince mil personas, como que a nadie le importa… Y yo digo que sí importa, cuando mueren quince mil personas en Colombia por un volcán, un montón de gente llora y sufre y queda traumada. Para el Realismo Mágico es como "no importa".

EEU. Recuerdo que cuando salió Fujimori en Perú o Hugo Chávez en Venezuela, que había esa sensación, sobre todo en el extranjero, de decir, "bueno, en Latinoamérica puede pasar cualquier cosa".

AF. Claro, como "¿qué esperas?"...

EEU. Y se quedan ahí...

AF. Claro. Yo siento que el Realismo Mágico ha ayudado a que la gente "se quede ahí". La política exterior norteamericana es como "¿qué esperas?" Y nosotros tenemos problemas. Yo creo que ahora hay que solucionar estos problemas. Puede ser algo chistoso, pero en realidad es muy molesto y no puede ser. Y lo que ocurrió con De la Rúa en Argentina es que el pueblo dijo: "Basta de realismo mágico". Yo siempre digo que si en América Latina los muertos volvieran las madres de la Plaza de Mayo no existirían.

EEU. ¿Se americaniza Latinoamérica o se latinoamericaniza América?

AF. Yo creo que en el mundo las culturas se están mezclando como alguna vez tal vez estuvieron mezcladas. Y ahora de nuevo se comienzan a mezclar. Me niego a responder esa pregunta usando la palabra "América", porque estaría dando connotaciones ideológicas.

EEU. Globalización…

AF. En el sentido de "globo", no creo que tenga nada malo la palabra. El problema de "americanizar" es que suena como "imperialismo". Pero: ¿Cómo explicas tú la "latinoamericanización" de Estados Unidos? ¿Es "imperialista"? Nunca Latinoamérica se puso de acuerdo en invadir Estados Unidos y sin embargo lo están invadiendo. La cultura latina entra en Hollywood y en el aeropuerto de Barajas hay tacos, burritos. ¿No te parece eso raro? Y no sólo somos nosotros. También está metido el mundo árabe. Y lo oriental también está entrando fuerte. Yo no pertenezco a ese mundo, pero los pendejos… con el manga, los video juegos, etcétera. Mis hijos, mis sobrinos van a empezar como a ser orientales…

EEU. ¿Qué significó para ti ser un exiliado al revés? Un americano que se convirtió en chileno, uno que viajó de un país pobre a un país rico, que cambió el inglés por el español.

AF. Eso me provocó hacer este libro. Darme cuenta de que yo soy un poco distinto al resto y hacer un libro un poco distinto al resto.

EEU. Aprovechar esa oportunidad…

AF. Aprovecharla. Hay mucha literatura chicana de mexicanos que van a Estados Unidos. La mayoría de la literatura política es sobre exiliados que se van a Europa. Y, para responder la pregunta de otro modo, esto fue lo que me transformó en escritor.

EEU. Has dicho "debajo de mi español hay mucho de inglés y debajo de mi adultez hay mucho de niño".

AF. Yo creo que mi español tiene una cosa concisa, y creo que eso se lo debo al inglés.

EE. Muchos se preguntarían: "¿Por qué si la novela se plantea a medio camino entre Estados Unidos y Chile, la mayoría de las películas son americanas?"

AF. Si el libro estuviera ambientado hoy, yo pondría algunas películas latinoamericanas. Hoy, recién ahora, por primera vez en mucho tiempo, quizá única vez, los latinoamericanos estamos yendo a ver películas latinoamericanas sin culpa, sin miedo y sin asco. Me saco el sombrero con Tu mamá también o Amores Perros. Nunca chicos bien en América Latina hicieron cola en el Mall para ver películas mejicanas. Eso era antes. Ahora uno no se avergüenza de ser de América Latina. América Latina es cool. Antes todo lo cool venía de Europa o Estados Unidos. La última vez que fue cool América Latina fue con el Ché Guevara. Pero esa era otra cosa. Eso eran opciones políticas. Yo trato de ser realista, y si hubiera puesto puras películas latinoamericanas en la novela, hubiera estado mintiendo. El 99 por ciento de películas que uno ve en Latinoamérica son de Estados Unidos, y el que me diga lo contrario, está mintiendo.

EEU. ¿Has tenido la intención volver a vivir… recuerdos… con Las Películas de mi vida?

AF. Sí. Uno escribe también por eso. Para volver a vivir cosas que uno ha vivido, para mejorar cosas que uno hizo mal, para hacer cosas que uno no ha hecho, en ese sentido repasar el pasado fue como recuperar California y comprender cosas.

EEU. ¿Y has cerrado el tema? ¿Qué viene después?

AF. Yo no tengo todo planeado en mi carrera literaria. Yo siento que voy llenando etapas. Yo sentí que el libro debía terminar el día que parte Mala onda. En ese sentido yo tengo ganas como de rellenar las épocas. ¿Qué viene ahora? Viene lo siguiente, seguir explorando el tema de cómo el cine en la literatura se puede compenetrar. A mí me interesa mucho meterle cosas de cine a la literatura. A la literatura creo que le falta una cosa nueva. Mi próximo libro que sale en febrero es un libro de relatos y se llama Cortos. Creo que el territorio americano lo voy a seguir revistando. Los latinoamericanos han escrito de Europa miles de veces. Yo voy a seguir visitando Estados Unidos como parte de mi territorio.

EEU. ¿Qué esperabas de la literatura con Mala onda y qué esperas ahora?

AF. Mala onda fue mucho más compulsivo, mucho más desesperado. A mí me gusta que el libro tenga eso. Lo peligroso era avanzar, madurar y cambiar. Pero igual, ojalá, mantener algo de eso. Esto fue un paseo mucho más calmado. Era menos urgente, pero no por eso menos profundo. Yo estoy súper satisfecho con este libro. Ahora, me cuesta decirte qué espero, qué esperaba… Yo en Mala onda pensaba llegar vivo al otro lado, no sabía dónde ir. Sólo quería llegar al final para ver si había final. Aquí he disfrutado mucho más el camino… Una pregunta difícil, de todos modos. No tengo muy claro qué es lo que ando buscando. Yo trato de provocar lo que otros libros han provocado en mí. Yo creo que uno anda buscando emocionar a la gente… Lo que yo más quiero, especialmente, con esta novela, es que tú recuerdes cosas de tu vida. Y que tú recuerdes las películas de tu vida. Y nada mejor que recordar cosas que uno creía que había olvidado. Los libros pueden ayudar mucho a recobrar la memoria. Como más me gustaría que me recordarán a mí El otro día alguien me hablaba y nunca me citó mis libros, me habló siempre de mis personajes, y para mí ese es el mayor honor, que queden algunos personajes míos. Yo siento que estoy creando como mis amigos, como mi grupo. Ahora tengo un nuevo personaje, estoy súper encariñado con él, es el protagonista de mi película.

EEU. ¿Dónde vas a rodar?

AF. La película se rodará en Santiago. Ahora ya se pueden hacer películas en América Latina.

 

© The Barcelona Review 2004.
© Ernesto Escobar Ulloa 2004.
Este texto no puede reproducirse ni archivarse sin permiso del autor y/o The Barcelona Review. Rogamos lean las condiciones de uso.
BIO: Alberto Fuguet estudió periodismo en la Universidad de Chile y en 1990 publicó Sobredosis, su primer libro de cuentos. Es autor de las novelas Mala Onda (1991), Por favor rebobinar (1998), y Tinta Roja (1996). Ha escrito varios guiones, entre ellos En un lugar de la noche, incluido en su libro Dos hermanos. Ha sido crítico de cine y reportero policial y colabora con diversos medios de prensa internacionales. Es uno de los autores latinoamericanos más destacados de su generación, y uno de los líderes de McOndo, el movimiento literario que proclama el fin del realismo mágico. Vive en Santiago de Chile.

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