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imageAna María Shua

Fenómenos de circo

 

 

 

Introducción al circo

Arrojo al aire un sustantivo redondo. Antes de que caiga, con un disparo único, certero, logro que un adjetivo lo perfore por el centro mismo. Hago malabarismos  con los verbos, camino por la cuerda floja de una sintaxis riesgosa. En medio de contorsiones extremas, azoto con mi látigo las palabras hasta obligarlas a saltar por los aros de fuego de un sentido inesperado. Entonces, en toda su variedad y esplendor, con lujosa minucia de oropeles, surge el circo. El público es usted, el espectáculo es unipersonal, por favor, elogie las fieras y no les cuente nada a los que están esperando afuera.

 

Circo pobre

En un circo pobre cada artista tiene que cumplir varias funciones. Si nos fijamos bien, sin dejarnos engañar por el cambio de traje y maquillaje, veremos que muchos tratan de aprovechar sus habilidades en varias suertes. Por ejemplo, la equilibrista es la ecuyere, los acróbatas son contorsionistas, el director del circo es el boletero y también el mago (ante el público, ante los acreedores). Algunos son más difíciles de descubrir, porque eligen papeles muy distintos entre sí, como la trapecista que hace de mono amaestrado (o al revés), los elefantes que trabajan de acomodadores, los payasos convertidos en aro de fuego. Pero la prueba más difícil es la del domador, que es también el tigre, cuando tiene que meter la cabeza adentro de su propia boca.

 

Artistas del trapecio

No tengas miedo, volará, heredó nuestros genes, dice el artista del trapecio. Y desde el punto más alto lanza a su hija, un bebe todavía, por el aire, hacia los brazos de la madre aterrada e infiel. No debería temer: por las artes de su verdadero padre, el mago, la niña realmente vuela. O les hace creer que vuela.

 

¿Quién fue?

¿Quién ha reemplazado el sistema hidráulico que impulsa al hombre-bala por verdadera pólvora? ¿Quién ha mezclado ese veneno que penetra a través de la piel en el maquillaje del payaso? ¿Quién ha limado los trapecios, quién ha cortado y vuelto a pegar la cuerda floja, quién ha desmontado el mecanismo de los cables de seguridad? Es inútil buscar al asesino, le informa al dueño del circo y al lector el atribulado detective, muy incómodo de tener que trabajar en un cuento fantástico: el género policial al que está tan habituado tampoco es realista, pero tiene reglas más precisas.


© Ana María Shua 2011


Microrrelatos extraídos del libro:

 

Fenómenos de circo

Ana María Shua

Páginas de espuma, Madrid, 2011

 

Derechos de reproducción cedidos por la autora en exclusiva para The Barcelona Review. Cortesía de la editorial Páginas de espuma.

 

 

Este texto no puede reproducirse ni archivarse sin permiso del autor y/o The Barcelona Review.
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Ana María Shua (Buenos Aires, 1951) sus libros de minificciones (La sueñera, Casa de geishas, Botánica del caos y Temporada de fantasmas) han sido reunidos por Páginas de espuma bajo el título de Cazadores de letras (2009). Bajo el volumen Que tengas una vida interesante se reúnen otros relatos. Ha escrito también las novelas Los amores de Laurita, El libro de los recuerdos, La muerte como efecto secundario y El peso de la tentación. Es autora asimismo de poesía y literatura infantil: http://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Mar%C3%ADa_Shua